City Lab Biobío efectuó un levantamiento de información sobre el uso de suelo del centro de la ciudad de Concepción, entre las calles Prat, Las Heras, Paicaví y Víctor Lamas, para determinar los porcentajes destinados a la movilidad activa de las personas, comprendiendo este concepto como aquellos modos de desplazamiento en que se utiliza la energía del cuerpo como la caminata o andar en bicicleta, y cuáles eran los espacios ocupados por el transporte público y el privado.
Este análisis arrojó que un 54% del espacio público está destinado para el uso del automóvil, el cual se encuentra referido a la vialidad disponible para la circulación de este modo. Esto refleja una infraestructura urbana altamente orientada hacia el uso del vehículo privado. Le sigue las áreas verdes con un 18%, luego las aceras peatonales con un 14%, estacionamientos en la calle con un 6%, espacio para transporte público con un 4% y ciclovías con un 3,5%.
“No sólo queremos mirar el Gran Concepción desde la modelación de grandes proyectos urbanos, como lo estamos haciendo hoy en el Sector Costanera, San Pedro de la Paz o los puertos de Talcahuano, sino que también queremos generar información y sugerencias desde el cruce de datos en sectores más acotados de la ciudad. Esto nos permite recomendar, por ejemplo, posibles usos mixtos de algunos espacios, o bien mostrar un mapa claro de nuestra realidad para que los tomadores de decisión tengan a la vista estos fenómenos urbanos al momento de impulsar proyectos sobre el territorio” explica la directora de Estudios del City Lab Biobío, Marcela Martínez.
En el caso de las aceras peatonales, el estudio explica que se debe realizar un esfuerzo en la planificación urbana para fomentar el tránsito peatonal. Respecto a los estacionamientos en la calle, revela que es una oportunidad de reconsiderar su distribución y transformación para su uso alternativo, como áreas verdes, ciclovías o espacios peatonales.
Sobre el espacio para transporte público, según el documento el fortalecimiento de infraestructura vial dedicada para este modo podría mejorar la competitividad del transporte público frente a otros modos motorizados, volviéndolo una opción más atractiva para los transeúntes.
Por último, los expertos explican que existe un margen mejorable para la infraestructura de los ciclistas. Además de promover el transporte sostenible a través del aumento de la extensión y conectividad de las ciclovías, o incluso con la implementando medidas de gestión como zonas de tráfico calmado o ciclo calles, se podría incentivar el uso de bicicletas reduciendo la dependencia de medios de transporte motorizados.